Juan Carlos Fuentes

Covidiotas

Escucho la palabra Covidiotas en un programa de radio de ámbito nacional para referirse a aquellas personas que se saltan las directrices del confinamiento por el Covid-19. Los  que se creen más listos que nadie, los que para ellos no existen reglas y les da igual cumplirlas o no, sin pensar en las consecuencias para el resto de la comunidad y para sí mismo. Si bien, sinceramente, esto último me importa poco.

A este tipo de personas los de mi generación y por estos lares les llamábamos los pollabobas. Quizás este adjetivo no sea políticamente correcto para un artículo y, fonéticamente, covidiotas resulte más agradable, pero como el otro ya existía antes de llegar este último, utilizándolo tenemos un mejor conocimiento de a quienes nos referimos.

Aunque la antropología cultural está en mi horizonte formativo a medio plazo, no llego a entender qué lleva a un ser humano durante una pandemia de alta gravedad, como es ésta, a no respetar los preceptos establecidos por las autoridades sanitarias. Con ello, está poniendo en riesgo a sus vecinos, a las fuerzas y cuerpos de seguridad que tienen que proceder a su identificación, denuncia y, en muchos casos, detención. Asimismo, en caso de contagio, aumentará –más si cabe- el colapso de los hospitales, situando en una posición de peligro al personal sanitario que lo va a atender y que se dejarán la piel por salvarle la vida. En el momento de escribir este artículo, según fuentes oficiales, el número de denuncias por incumplir el confinamiento en España es de 635.461 (Canarias, 31.856) y las detenciones van por 5.568 (Canarias, 312).

El paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga manifiesta que: “El ser humano no desciende de los ángeles, sino que asciende del mono”. ¿Cómo explicar que durante la cuarentena y contención una persona pasee con un perro de peluche? ¿Qué induce a un sujeto a ir a tomar el sol y bañarse en una playa? ¿Qué estimula a un individuo a salir a pasear con dos bolsas de supermercado llenas de recortes de periódicos? ¿Qué empuja a un expresidente de gobierno –cual Brey Runner- a salir a correr por su vecindario? La casuística es enorme, sólo hay que mirar el número de denuncias en el párrafo de arriba.

No sé cómo se explica, pero Albert Einstein tenía una teoría: “Hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y del universo no estoy seguro”. Seamos responsables que, por unos días, ganaremos años todos.

Como siempre, acabo este artículo de opinión con unos versos. Los extirpo de un poema de la poetisa canaria Josefina de la Torre:

Tú en el alto balcón de tu silencio,

yo en la barca sin rumbo de mi daño,

los dos perdidos por igual camino,

tú esperando mi voz y yo esperando

Post scriptum: De nuevo, dejo el título de los libros que me han ayudado a estructurar el texto. Vuelvo a ser reiterativo, y así seguiré mientras dure esta serie de artículos: compren libros en librerías locales.

  • El Origen del Hombre. La selección natural y la sexual. Darwin, C. (Formación Alcalá)
  • La Especie Elegida. La larga marcha de la evolución humana. Arsuaga, J.L. y Martínez I. (Temas de Hoy)

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