LANZAROTE

Montaña Bermeja: un campo de tiro que ataca el Parque Natural de Los Volcanes

El campo de maniobras y de tiro de Montaña Bermeja, en Yaiza, sigue teniendo uso militar a pesar de que forma parte del Parque Natural de Los Volcanes y de su cercanía al Parque Nacional de Timanfaya

Campo de maniobras señalizado como zona militar. Foto: Adriel Perdomo.
Saúl García 0 COMENTARIOS 17/03/2021 - 07:11

Montaña Bermeja es la que pone nombre al campo de tiro, pero hay otras tres montañas más que forman este peculiar islote: Caldera de las Chozas, la montaña de la Vieja Gabriela y el Pico Redondo. El islote se libró de la lava de las erupciones volcánicas históricas, pero no se ha librado de otras explosiones.

A pesar de que está dentro de la Red canaria de espacios naturales protegidos porque se encuentra en pleno Parque Natural de Los Volcanes y limita con el Parque Nacional de Timanfaya y el Sitio de Interés Científico de las Salinas del Janubio, de que forma parte de la Red Natura 2000 de la Comisión Europea y de que tiene la doble consideración de Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y de Zona de Especial Importancia para las Aves (ZEPA), este islote que se encuentra junto a El Golfo, sigue siendo, en la práctica, un campo de maniobras y de tiro del Ejército.

El Ministerio de Defensa asegura que este campo de tiro está en uso y, de hecho, la frecuencia con que se usa es mensual. También afirma que no solo lo pueden utilizar las unidades de los tres Ejércitos (Tierra, Mar y Aire) sino también los cuerpos y fuerzas de seguridad, tanto los del Estado como los de carácter autonómico y local, además de empresas civiles relacionadas con la seguridad y asociaciones deportivas o entidades sociales, según se determina en la Instrucción Técnica 14/12 sobre dirección y gestión de los campos de maniobras y de tiro del Ejército de Tierra.

Entre los diferentes tipos de ejercicios que se pueden llevar a cabo, el Ministerio, en respuesta a las preguntas de Diario de Lanzarote, cita, por un lado, prácticas de tiro limitadas por zonas en las que “se autorizan ejercicios con armas ligeras, garantizándose el cumplimiento de todos los protocolos de seguridad existentes” y, por otro, ejercicios tácticos que están limitados, por las dimensiones y orografía del lugar, a una “instrucción táctica de pequeñas unidades de Infantería”.

De forma menos habitual se pueden realizar otros ejercicios como paracaidismo, cargas, pruebas de armas y material, y aún menos habitual: diferentes tipos de Check points, patrullas a pie, montaje de bases de patrullas, activación de HLZ (zona de aterrizaje de helicópteros), prácticas de procedimientos MEDEVAC (Plan de evacuación médica), prácticas de procedimientos C-IED (desactivación de artefactos explosivos improvisados) o “prácticas NEO de pequeña entidad”.

El islote del campo de tiro es una de la docena de estructuras similares que hay en el Parque Natural de los Volcanes, originadas durante el Plioceno-Pleistoceno. Se compone de cuatro edificios volcánicos conectados por una llanura. Son unas 370 hectáreas, pero no todo el terreno pertenece al Ministerio.

“Al igual que ocurría dentro de los cráteres, en las laderas de los volcanes hay vestigios puntuales de antiquísimas prácticas agrícolas, testigos de una economía de subsistencia antes de que el vulcanismo modificara el lugar”. Así lo señala el estudio realizado sobre este lugar en 2010 por el biólogo José Luis Martín Esquivel, que hizo ese informe precisamente por encargo del propio Ministerio de Defensa, que quería conocer los valores del islote.

Esquivel señala, en conversación telefónica, que se trata de un territorio bien conservado y recuerda que en los años 90 él participó en la redacción de la Ley de Espacios Naturales de Canarias y que se delimitó el Parque Natural de los Volcanes con el objetivo de que en un futuro se pudiera integrar en el Parque Nacional. Han pasado los años y no ha ocurrido.

El nuevo director de Timanfaya, Pascual Gil, señalaba a este diario en octubre que entre los retos a medio plazo para el Parque, aunque no aclaró hacia dónde, se encontraba el de proponer una posible ampliación de sus límites.

Martín Esquivel destaca que lo natural sería que Timanfaya, que es de pequeño tamaño, se pudiera ampliar para acoger el terreno de todas las erupciones históricas. Dice que la importancia de este islote, desde el punto de vista ecológico, es que en él se ven “en directo” los procesos de sucesión ecológica, que son los mismos procesos que se dieron hace millones de años, cuando las islas emergieron.

“Los islotes tienen un papel esencial porque la vida irradia desde ellos hacia las lavas y podemos estudiar el mismo fenómeno que hace millones de años en directo, que es un proceso extraordinario y hay que prestarle atención”, dice.

Los islotes tienen un papel esencial porque la vida irradia desde ellos hacia las lavas

En su estudio abundaba en esta idea: “Desde el punto de vista ecológico, el islote cumple una función importante como soporte a los procesos de colonización de las lavas históricas de su entorno, no solo porque de él provienen varias de las especies que se adentran en la lava reciente, sino porque es un suministrador de alimento en forma de pequeñas partículas orgánicas que el viento transporta”.

Además, “los islotes son también un suministrador de especies pioneras porque en ellos viven refugiados muchas de las plantas y animales que luego se adentrarán en las lavas”. No obstante, “la fauna y flora que habita el islote es bastante pobre si se mira en el contexto de la Isla”.

Hay conejos, ya que la caza está prohibida en el recinto militar, hay aves y escasos reptiles y unas 45 especies de artrópodos. “Las plantas son más variadas y su presencia es más patente, sin embargo, nunca conforman una biomasa apreciable”, dice el estudio.


Vistas áreas y fauna del islote. Imágenes del informe de Martín Esquivel.

Ahora no se lleva a cabo ninguna investigación científica relacionada con el islote y, en cuanto a los planes de futuro que tiene el Ministerio para este suelo, su contestación es que “pertenece al Parque Natural de los Volcanes”.

En 2008, la entonces alcaldesa de Yaiza, Gladys Acuña, declaraba a La Provincia que la intención del grupo de gobierno era la de buscar una solución negociada que permitiera convencer al Ministerio de Defensa de que el Parque Natural de los Volcanes “no es precisamente el lugar idóneo para la realización de estos ejercicios”.

“Vamos a intentar que eso desaparezca de este sitio”, aseguró. Algunos vecinos se habían quejado de las vibraciones y del ruido que generan las explosiones. En el campo de tiro llegaron a aparecer cientos de piedras pintadas de blanco que componían la frase España hasta morir. Trece años después no se ha avanzado nada.

Añadir nuevo comentario