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Más de 62 kilómetros de la costa de Lanzarote están en riesgo de inundación por la subida del nivel del mar

Un Plan define en el litoral de la Isla 29 zonas en peligro a lo largo del próximo siglo, aunque otro estudio amplía la superficie afectada y adelanta las inundaciones al año 2050

Zona con riesgo de inundación en Caleta de Famara.
M. Riveiro 0 COMENTARIOS 18/11/2019 - 05:26

El aumento del nivel del mar es una de las consecuencias más claras del cambio climático y Lanzarote es un territorio vulnerable. En el Plan que define los riesgos de inundación en la Isla, obligatorio según la legislación medioambiental y que está en la actualidad en fase de revisión, se definen 29 zonas del litoral en las que se espera que en el futuro el mar llegue tierra adentro.

En total suman 62,3 kilómetros de la línea de costa de la Isla. El área urbana con mayor riesgo de verse afectada es Arrecife, con más de 13 kilómetros de su fachada costera bajo la amenaza de padecer inundaciones.

La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar ha considerado necesario “actualizar” las áreas que en Lanzarote tienen un “riesgo potencial significativo de inundación”.

Al listado inicial se han incorporado dos nuevas zonas, una franja de unos cinco kilómetros en las proximidades del Caletón Blanco y, también en el municipio de Haría, la caleta de Las Escamas.

Por el contrario, se eliminan dos puntos, pero lo más significativo es que se amplía en nueve localizaciones la superficie de terrenos en la costa que pueden sufrir inundaciones.

El plan de riesgos efectúa proyecciones para el próximo siglo. Entre las zonas en riesgo de inundación a las que se le ha ampliado la superficie se encuentra Arrecife.

En el caso de la capital, se marca como zona en peligro la mayoría de su fachada al mar: La Bufona, el Parque Temático y El Reducto, no solo la playa sino la primera línea de edificación, en algún punto hasta el parque Simón Bolívar, el Islote de Fermina, el parque Islas Canarias, la avenida y la calle Canalejas, el antiguo muelle comercial, el islote del Quebrado donde está el Castillo de San Gabriel, buena parte del Islote del Francés, la ribera del Charco de San Ginés, el solar de Ginory o el puerto deportivo de Naos.

Otro punto en riesgo cuya superficie ha aumentado, según las previsiones recogidas en el plan, que aprueba el Consejo Insular de Aguas con información y directrices del Ministerio para la Transición Ecológica, incluye parte del recinto de la central de desalación y de la central eléctrica, la práctica totalidad del pueblo de Las Caletas y diversas zonas del litoral de Costa Teguise.

En Los Cocoteros, estarían en riesgo las dos calles más cercanas al mar; en La Santa, la mitad del pueblo; gran parte de Caleta de Famara en el entorno del muelle; una pieza de Caleta de Caballo y la primera línea de Caleta del Sebo, en La Graciosa, del muelle hacia el este.

Las zonas turísticas también se verán afectadas de acuerdo con los mapas de peligrosidad de las áreas en riesgo de sufrir inundaciones. Puerto del Carmen ha sido una de las áreas que se ha revisado para aumentar la superficie en riesgo: se incluyen buena parte de sus playas, hoteles en primera línea, como el San Antonio y complejos turísticos y residenciales que se encuentran ubicados de la Avenida de las Playas hacia el mar.

En Puerto Calero, el espacio del muelle deportivo y, en Playa Blanca, de Playa Dorada hacia el oeste, englobando varios complejos hoteleros.

Una Isla en rojo

El lanzamiento de la plataforma Climate Central que, a escala planetaria, tiñe de rojo las áreas costeras que pueden ser devoradas por el mar en los próximos 30 años, ha intensificado las alertas.

En Lanzarote, la mayor parte de las localizaciones coincide con las zonas ya definidas en el Plan de riesgos de inundación, aunque el escenario que dibuja es más grave incluso y amplía la línea de costa en riesgo.

Según esta herramienta de observación, no habría localidad costera en Lanzarote que no sufra el impacto del aumento del nivel del mar y padezca cambios drásticos en su fisonomía. En La Graciosa, por ejemplo, prácticamente toda la Isla recibiría las dentelladas del mar.


Zona en riesgo de La Santa.

29 áreas costeras en riesgo

En la elaboración del Plan para identificar las zonas de Lanzarote que podrían tener problemas, que tramita el Consejo Insular de Aguas, se han seleccionado áreas del litoral “potencialmente inundables y de alto riesgo”.

Se trata de un total de 29 tramos del litoral: Órzola, Punta Mujeres, Arrieta, Los Cocoteros, el entorno de Las Cucharas en Costa Teguise, Las Caletas, las Salinas de Punta Chica, Arrecife, de El Cable hasta Playa Honda, Los Pocillos, dos zonas de Puerto del Carmen, Puerto Calero, Playa Quemada, el camping de Papagayo, la playa de Las Coloradas, la urbanización Castillo del Águila, el centro de Playa Blanca, Playa Flamingo, Montaña Roja, El Golfo, el pueblo de La Santa y La Santa Sport, Caleta de Caballo, Caleta de Famara, la urbanización Los Noruegos y Caleta del Sebo.

En el listado definitivo se han agregado Punta del Palo y Caleta de Las Escamas, en Haría.

Sube el nivel del mar

El cambio climático funciona como una cadena con engranajes endiablados: el aumento de la contaminación y de las emisiones a la atmósfera provoca un incremento de la temperatura, que a su vez acelera el deshielo en los extremos del planeta.

El Acuerdo de París para mitigar los efectos del cambio climático, alcanzado hace tres años, planteaba “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales” y “proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a un grado y medio.

Aunque se cumpliese ese acuerdo, lo que está más cerca de ser una quimera que una realidad, el grupo de expertos sobre cambio climático de Naciones Unidas pronostica que el nivel del mar aumentaría 43 centímetros para 2100. Ese es el escenario más optimista. 


El agua desbordando el Charco de San Ginés, en septiembre.

En el plan de riesgos de Lanzarote se indica que es “probable” que el nivel del mar aumente en un rango de cinco a 10 centímetros” en la próxima década y se advierte de que “el ascenso progresivo del nivel del mar a lo largo del siglo se puede aproximar al metro”.

Desde 2008 el Puerto de Arrecife cuenta con mareógrafo, un instrumento que sirve para medir y registrar las variaciones de las mareas, y “se aprecia una tendencia ascendente en el nivel medio mensual”.

Para el estudio, se han utilizado los datos de los últimos 21 años recopilados en el muelle de Las Palmas de Gran Canaria, que muestran una tendencia de aumento del nivel del mar de 0,5 centímetros por año.

COSTAS YA USA EL CAMBIO CLIMÁTICO PARA RECHAZAR PROYECTOS EN LANZAROTE

La Demarcación de Costas de Canarias ya utiliza el argumento del cambio climático para rechazar proyectos en el litoral de Lanzarote. Así ha sucedido con una petición en Costa Teguise: la solicitud la formuló la cadena hotelera Gloria, que pretende vincular un hotel de más de 700 plazas, al lado del Sands Beach, con una nueva playa artificial. Entre las razones de la Demarcación de Costas para rechazarla sobresale el cambio climático.

En la resolución, Costas destaca que sus estudios “apuntan a una serie de variaciones en el litoral canario que pueden provocar distorsiones” en la estructura de la playa artificial “como consecuencia de las variaciones provocadas por el cambio climático”.

“De este modo”, añade, “en la costa sureste de las Islas, se prevé “un retroceso de la línea de costa en torno a cinco centímetros por metro lineal de playa”, “un rebase originado por la subida del nivel del mar del orden del 20 o el 25 por ciento” y un rebase provocado por el oleaje de “en torno al 30 o 40 por ciento”, así como “aumentos en torno al seis por ciento de la cota de inundación”.

“La inundación que antes ocurría una vez cada 50 años por término medio ocurrirá ahora más a menudo como consecuencia de la subida del nivel del mar y el cambio en la frecuencia y trayectoria de las tormentas”, añade Costas, que advierte de “un aumento significativo de la altura de la ola”, con una “tendencia creciente en todo el Atlántico, especialmente en la zona sur de las Islas Canarias”.

Tal y como destaca el departamento vinculado al Ministerio para la Transición Ecológica, la “rasa de piedra” del litoral virgen “supone una defensa natural de la costa”. Una playa artificial vendría a hacer más rígida la zona intermareal y supondría “un aumento del riesgo en el borde litoral”.

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