TRIBUNALES

Los tres principales acusados de introducir 400 kilos de coca en Lanzarote reconocen los hechos

El juicio se reanuda este viernes y quedará visto para sentencia

De izqda a dcha., Roberto Hernández, Daniel Arrocha y Sergio Andrés, los tres que han confesado. Detrás, Omar Romero, Cristóbal Betancort y José Miguel López. Fotos: Adriel Perdomo.
Saúl García 0 COMENTARIOS 09/07/2020 - 18:38

Tres de los seis acusados de introducir más de 400 kilos de cocaína en La Santa en agosto de 2017 han reconocido este jueves por la mañana los hechos durante la primera sesión del juicio que celebra la Audiencia provincial de Las Palmas en Arrecife. Los otros tres, uno de ellos en prisión provisional desde entonces y los otros en libertas provisional, defienden su inocencia.

La mayoría de los implicados son vecinos de La Santa. El cabecilla de la organización era el joven Roberto Hernández Nieves, que no tenía antecedentes penales. La Guardia Civil, según la declaración el instructor de la operación, estaba alertada de que se dedicaba al narcotráfico, y por eso comenzó un dispositivo de vigilancia que les llevó hasta un velero de doce metros, el Florida II, atracado en Marina Rubicón, que zarpó de la isla el 13 de abril de 2017 y al que después se le perdió la pista.

En ese velero se embarcaron Sergio Andrés Aguiar, que ya había sido condenado en 2011 a nueve años de cárcel por tráfico de drogas y Daniel Arrocha, que trabajaba o regentaba un bar de la localidad de La Santa. Tanto ellos como Roberto están en prisión provisional y han reconocido los hechos. La Fiscalía pide penas de entre 14 a 15 años de cárcel para todos ellos.

El velero se dirigió a Antigua y Barbuda, un pequeño país formado por dos islas en el Caribe, al Este de Puerto Rico. El día del apresamiento, el 5 de agosto, Roberto salió a la mar con una lancha de seis metros y se encontró con el velero a unos 140 kilómetros al norte de Alegranza, donde se realizó el intercambio de las veinte bolsas de deporte que contenían más de 400 kilos de cocaína de una pureza superior al 75 por ciento, que hubieran alcanzado un valor de mercado de casi 16 millones de euros.

Sin embargo, a pesar del seguimiento, la incautación de la droga se produjo por otro motivo. Un coche de la Guardia Civil se encontraba ese día sobre las tres de la madrugada patrullando en Caleta Caballo cuando vieron una embarcación que se dirigía hacia La Santa.

Según uno de los agentes, la hora les pareció “sospechosa” y cuando llegaron al muelle de La Santa, la embarcación ya estaba en tierra, remolcada por un vehículo. Los agentes identificaron a Roberto, que después se dio a la fuga, a Daniel y a un tercero, Omar Romero Olivero, y encontraron la cocaína.

Omar, que se encuentra en prisión provisional desde entonces, ha declarado que conoce a Roberto desde la infancia y que tan solo le ayudó a varar la embarcación. Señaló que éste le fue a buscar en dos ocasiones a su casa, en La Santa, cuando ya se había acostado, y que su mujer le instó a que lo ayudara, pero que no sabía el contenido que llevaba la embarcación.

También declaró que no sabe a qué se dedica Roberto. Unos días antes de la detención, Omar había alquilado una furgoneta ppor encargo de Roberto, que estaba aparcada en el pueblo pero no en la zona del muelle. “No me dio explicaciones ni se las pedí, vi normal hacer un favor a un amigo”, declaró Omar, al que, por otra parte la Guardia Civil no le interceptó ninguna llamada con otros miembros de la organización.

Por su parte, a Cristóbal Betancort, que se encuentra en libertad, la Guardia Civil lo sitúa como responsable del barco ante la dirección del puerto Marina Rubicón y en los días previos a que el barco zarpara, enl labores de preparación, que él niega. Señala que le llamaron para acompañar a Marruecos en ese barco a otra persona, que no esta encausada. Además, tenía unos 30 teléfonos a su su nombre, que usaba Roberto “para saldar deudas”, según declaró.

Al otro acusado, José Miguel López, la investigación también lo sitúa en labores de mantenimiento o preparación del velero y en una “cadena de comunicaciones” en clave con Roberto y otros integrantes de la organización.

Según declaró, conocía a Roberto de la isla de Tenerife. Se dedica a la carpintería y las reformas y había hecho arreglos en el barco, que era de un amigo de Roberto, según dijo. Se enteró de las detenciones por redes sociales y por la prensa y se preocupó porque había trabajado en ese barco y porque le debían el dinero de esos trabajos. Tanto López como Betancort solo contestaron a las preguntas de su propia defensa.

El juicio se reanuda este viernes con las declaraciones de otros testigos y de pruebas periciales, y quedará visto para sentencia.

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