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La superficie cubierta de lava crece un 50% en doce horas y llega a 153 hectáreas

La lava que mana del volcán que entró en erupción el pasado domingo en La Palma sigue su curso hacia la costa, más lento de lo previsto

EFE 0 COMENTARIOS 22/09/2021 - 08:03

La superficie afectada por las coladas de lava que fluyen desde el domingo desde el nuevo volcán de La Palma asciende ya a 153 hectáreas de terreno, según el cálculo que realiza el Instituto Volcanológico de Canarias a partir de las imágenes de satélite del programa Copernicus.

El último mapa facilitado por este programa europeo de seguimiento de emergencias muestra la situación a las 8.14 horas de ayer, 21 de septiembre. Si se compara con el anterior, de las 19.50 del día 20, se observa que el área afectada ha crecido de 103 a 153 hectáreas.

El comité director del Plan Especial de Protección frente a Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca) cifró en la noche del martes en 185 los inmuebles dañados o destruidos por las coladas, de los que 65 eran viviendas.

Hasta el momento, 5.700 personas han sido evacuadas de las áreas más cercanas a la erupción, que comenzó el domingo a las 15.13 horas en la zona conocida como Cabeza de Vaca, en El Paso, así como de los terrenos expuestos al descenso de las coladas ladera abajo.

La lava que mana del volcán que entró en erupción el pasado domingo en La Palma sigue su curso hacia la costa, más lento de lo previsto, a unos 120 metros por hora aproximadamente, pero arrasando todo lo que se encuentra a su paso.

En concreto, este programa europeo de seguimiento de emergencias desde el espacio cifra en 180 los inmuebles afectados, pero serán muchos más tras haberse adentrado la colada en Todoque, una localidad de unos 1.200 habitantes en el municipio de Los Llanos, donde aún este martes muchos vecinos apuraban para poner a salvo enseres y efectos personales antes de que los desalojaran.

Es el último obstáculo, en lo que a núcleo urbano se refiere, en la trayectoria del magma hacia el mar. Nadie se atreve a decir cuándo romperán las coladas del volcán sobre el mar, pero los expertos y los responsables públicos coinciden en que acabará sucediendo y, por eso, se han extremado las precauciones, porque lo previsible es que cuando la lava a 1.000 grados de temperatura entre en contacto con el agua salada libere gases tóxicos y se produzcan explosiones.

El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha remarcado este martes que ese momento será "crítico", y ha recordado el precedente de la erupción del Teneguía, en 1971, cuando una persona murió por inhalación de los gases despedidos del choque de la lava y el mar.

El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, ha detallado que la lava discurre por dos lenguas, una de las cuales, la situada al suroeste, en Las Manchas, tiene "un movimiento mínimo", apenas unos dos metros por hora, y en el comité científico "dudan" de que se vaya a reactivar.

Magma fluido

La otra es la que avanza ladera abajo, y que ya ha entrado en Todoque, alimentada, además, por la nueva boca que se abrió en la noche de este lunes (la novena) y obligó al desalojo de los vecinos de Tacande, en El Paso.

Morcuende ha explicado que el magma que sale de esta nueva boca es más fluido y se está encontrando "menos dificultades para moverse", porque lo hace sobre la colada proveniente del cono principal.

El director técnico del Pevolca ha concretado que la deformación acumulada de la superficie próxima a la zona de la erupción asciende a los 25 centímetros, un "dato muy importante para demostrar la tensión" en la cámara interior del volcán y que "nos dice que va a seguir habiendo erupción", ha subrayado. "Mientras haya deformación, estamos con un problema claro. Este es el dato fundamental", ha aseverado.

Las proyecciones que maneja la organización COAG Canarias indican que la superficie agraria útil que se verá arrasada por la lava rondará las 400 hectáreas, de las que cerca de 300 pertenecen a plataneras.

Según los datos facilitados a Efe, la segunda superficie más afectada directamente por el magma será dedicada a viñedo, con cerca de 60 hectáreas, mientras que el área de aguacate arrasada será de unas 21 hectáreas.

También habrá terrenos pequeños afectados cultivados de barbecho, subtropicales, papa, papaya, pastos o cítricos. La proyección estima además que la lava arrase, en su camino hacia el mar, unas 230 hectáreas de superficie agrícola no utilizada.

Pero después de la seguridad, la segunda preocupación de los palmeros es saber cuántas viviendas quedarán arrasadas. "La lava engulle las casas como si fueran de papel", ha señalado a Efe Beatriz, vecina de La Laguna, uno de los núcleos desalojados por la erupción volcánica.

Beatriz se fue de la casa horas antes de que comenzara la erupción y lo hizo con una persona de 91 años, con medicación y problemas de movilidad, y la incertidumbre de no saber si su casa se salvará. Tiene vecinos que han perdido su vivienda y otros que están a punto de hacerlo.

El núcleo de La Laguna en principio está a salvo porque la lava ha cogido el camino de Todoque, el pueblo vecino. Un equipo de psicólogos especializados en emergencias y catástrofes se afana en ayudar a encauzar los sentimientos de ansiedad, incertidumbre y rabia de los damnificados.

La coordinadora del operativo, Cristina García, ha explicado a Efe que están lidiando con ataques de pánico, estados de conmoción, gente que "no se lo termina de creer", quienes por la ansiedad comen mucho y otros no prueban bocado, o unos que duermen demasiado para evadir el tiempo y otros presa del insomnio. Pero no tiene duda de que la incertidumbre es "el peor de los estados" en los que puede estar una persona.

Y esa incertidumbre es la que viven quienes han sido desalojados de los núcleos de población que más riesgo corrían y no saben, a ciencia cierta, si su casa sigue en pie o si quedó sepultada bajo la lava.

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