ECONOMÍA

La pesca tradicional majorera ante su momento más difícil

Las tres cofradías de Fuerteventura comparten los problemas agravados por la pandemia y la bajada del turismo

Janey Castañeyra 0 COMENTARIOS 24/09/2020 - 09:13

El sector pesquero profesional en Fuerteventura se enfrenta al descenso de la demanda como consecuencia de la caída del turismo y a la incertidumbre que genera el devenir de la pandemia, al tiempo que reclama una regulación acorde a las especiales características del territorio insular.

Las tres cofradías de pescadores majoreras, con base en Corralejo, Morro Jable y Gran Tarajal, enfrentan momentos difíciles como consecuencia de la pandemia y la caída del turismo, una situación que agrava los mismos problemas de fondo que ya arrastraba el sector desde hace años.

Las tres cofradías, que comparten las dificultades derivadas de la regulación pesquera, en cuanto a las cuotas establecidas para las especies de pesca de túnidos, coinciden en haberse autoimpuesto límites de capturas y se muestran afectados por la incertidumbre que genera el futuro.

Desde el sur de la Isla, el presidente de la Cofradía de Morro Jable, Juan Placeres, relata: “Debido a los vientos agresivos que hemos tenido desde junio hasta agosto, sólo hemos podido hacer seis salidas. La temporada de verano ya ha pasado, y ahora que tenemos buen tiempo, las ventas caen en picado”.

Placeres explica que su flota se dedica “mayormente a los túnidos”, y pone como ejemplo de los problemas regulatorios que a estas alturas del año ya están agotadas las 16.000 toneladas de barrilote, o bonito del norte, para toda España. Se capturaron en el Cantábrico. “Nosotros, que no pudimos salir, hemos perdido esos ingresos”, dice.

Para otro recurso importante, el atún rojo, con unas 500 toneladas de cuota para Canarias este año, sí se está saliendo, “pero sólo si hay un comprador y sorteos para decidir qué barcos pueden ir a pescarlos. Se está trabajando prácticamente bajo demanda”.

“Acaban con la pesca”

Para ilustrar esta afirmación, Juan Placeres explica la situación de la tuna, que cuenta con un plan nacional de recuperación, reduciéndose el cupo de 10.000 a 8.000 toneladas este año, de las que 2.000 corresponden a Canarias. Sin embargo, “se está permitiendo capturar ejemplares de 3,2 kilos, cuando la talla mínima de desove son 30 kilos. No tiene ningún sentido”. “Nosotros pedimos que se deje reproducir al animal al menos una vez antes de pescarlo, porque, si no vamos a acabar con las especies y esto va a ser la ruina”, asegura.

Según su criterio, esta regulación “sólo favorece a las grandes compañías”. En España, 10 barcos tienen permitido capturar 4.500 kilos de tuna, más de la mitad que las 600 embarcaciones de pescadores profesionales que trabajamos en este país. Son barcos cerqueros congeladores, embarcaciones gigantes que no sólo están acabando con el atún, sino que arrasan con todas las demás especies”.

Tras cinco años seguidos agotándose las cuotas de túnidos, “cada vez te van estrechando más el cerco, y las consecuencias las pagamos los pescadores de litoral y de bajura”, añade Juan Ramón Roger, presidente de la Cofradía de Gran Tarajal.

Para afrontar la caída del mercado a nivel local, en torno a un 25 o 30 por ciento, según el patrón mayor de Gran Tarajal, las cofradías majoreras han acordado internamente sus propios cupos de capturas. “Nosotros hemos establecido cupos internos desde hace años, para que todos los asociados puedan trabajar y también para no sobreexplotar los recursos”, dice Roger, una medida que adoptan también las otras dos cofradías.

El sector ha acordado internamente sus propios cupos para afrontar la caída del mercado

Desde la Cofradía de Corralejo, con barcos en los muelles de Corralejo, El Cotillo y Puerto del Rosario, el patrón mayor en el norte, Juan Francisco González, relata que, “cumpliendo cupos reducidos, durante el confinamiento” les fue bien, aunque recuerda que casi la totalidad de la pesca en esta cofradía cuenta con un único cliente, la cadena de supermercados Mercadona.

Tras el verano, que “también fue bueno, ahora llega el buen tiempo pero no se sabe si se podrá darle salida al pescado, y eso genera incertidumbre, claro”.

La flota pesquera majorera cuenta con en torno a un centenar de embarcaciones, de aproximadamente hasta ocho metros en la zona norte, y principalmente de hasta 15 metros en el sur.

Se trata de una flota polivalente, “con características diferentes a otras zonas como Andalucía, el Mediterráneo o el Cantábrico”, señala Juan Francisco González. “Somos una flota tradicional, y como región ultraperiférica, deberían quitar los cupos en Canarias”, dice.

El sector majorero defiende que aquí se practica una pesca sostenible, “a cordel, que sólo captura ejemplares adultos y en función de la demanda. Son miles de personas, entre los marineros y sus familias, y también las pescaderías y restaurantes, las que trabajamos en torno a la pesca”, zanja Juan Ramón Roger, y por eso demandan una regulación acorde al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y a las autoridades de la Isla que impulsen estas reclamaciones.

LA OPINIÓN DEL SECTOR

JUAN RAMÓN ROGER, Cofradía de Gran Tarajal

“Las ventas han bajado de un 25 a un 30 por ciento desde el año pasado. Ahora, con el buen tiempo, se puede ir a pescar, pero baja el turismo. Los clientes también tienen incertidumbre. Es lógico que ahorren en la compra, y eso afecta a la venta de pescado. Los pescadores ganamos para comer, pero sabemos que hay mucha gente que no tiene ni para eso”.

JUAN FRANCISCO GONZÁLEZ PÉREZ, Cofradía de Corralejo

“Reclamamos poder dedicarnos a cualquier pesquería y sin cuotas fijas. Nosotros hacemos pesca de bajura o artesanal con liña para los túnidos. Por eso las cuotas no tienen sentido aquí, porque nosotros no podemos coger todo el pescado que pasa ni aunque quisiéramos. Europa debería tener en cuenta que somos región ultraperiférica”.

JUAN PLACERES, Cofradía de Morro Jable

“En España, sólo 10 barcos tienen permitido capturar 4.500 kilos de tuna, más de la mitad que las 600 embarcaciones de pescadores profesionales que trabajamos en este país. Son barcos cerqueros congeladores gigantes, que no sólo están acabando con el atún, sino que arrasan con todas las demás especies”.

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