La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas juzga el próximo lunes a M.G.M., acusado de un delito continuado de abuso sexual contra dos menores en Arrecife, que comenzó cuando las víctimas, sobrinas nietas de la que fuera su pareja sentimental, con la que convivía desde el año 2010, contaban con seis años de edad.

La Fiscalía solicita una condena para el acusado de 18 años de prisión en total por dos delitos continuados de abuso sexual contra las dos menores y una indemnización de 50.000 euros para las víctimas.

Según señala el escrito de acusación, el procesado M.G.M. en torno a los años 2010 y 2011, “valiéndose de la especial relación de confianza que mantenía con los progenitores de las menores y prevaliéndose de la corta edad de ambas menores,  animado por el deseo de satisfacer su apetito sexual”, cuando las menores se quedaban en el domicilio de la pareja, comenzó a realizarle tocamientos a una de las sobrinas nietas de su pareja.

En aquel entonces, la niña tenía seis años y los abusos consistían en “pasar su mano por la barriga y por debajo de los pantalones, mientras la menor se encontraba acostada en la cama del dormitorio del procesado”.

Los abusos continuaron un año después, cuando M.G.M., “siguiendo con su ánimo de satisfacer sus deseos sexuales en diversas ocasiones y cuando la menor contaba entre siete u ocho años de edad, le tocó los pechos e introdujo uno o dos dedos en la vagina, diciéndole  que se relajara, ocurriendo esto cuando la menor se quedaba a dormir los viernes en casa del procesado, y en diversos lugares de la vivienda”.

El acusado aprovechaba que se encontraba a solas con la menor, “manifestándole que esto era un secreto, y no debía contárselo a nadie, causando un gran temor a la menor”, señala la Fiscalía.

El acusado insistía a la víctima que los abusos eran “un secreto” y que “no debía contárselo a nadie, causando un gran temor a la menor”, señala la Fiscalía

“Igualmente, el procesado M.G.M., cuando la menor contaba con nueve años de edad, le manifestó que le iba a follar, y en numerosas ocasiones, en fechas no determinadas, con el mismo ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, introdujo su pene en la vagina de la menor, así como la obligó  a masturbarle y a realizarle, en una o dos ocasiones, una felación”, continúa el relato de la Fiscalía.

Los abusos se cometieron entre los años 2010 y 2015, hasta que la niña, que contaba con una edad aproximada de 11 años, le manifestó al procesado que se lo iba a contar a su madre. Cesaron entonces los abusos a la niña, pero el acusado empezó a abusar sexualmente de la hermana pequeña, aprovechando su “corta edad”, con “tocamientos”.

Concretamente, cuando la pequeña contaba con seis años de edad, se quedaba a dormir en la vivienda de su tía abuela, en concreto en la cama del procesado, quien ofrecía una tablet a su víctima para que “accediera a sus deseos sexuales, en diversas ocasiones”, según prosigue el escrito de acusación, en el que se explica que “le bajaba los pantalones, restregaba sus genitales contra los de la menor, le tocaba con la mano la zona genital y llevaba la mano de la menor hacia su pene para que se lo tocara”.

“En otras ocasiones, el procesado con igual ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, cogía en brazos a la menor y pegando el cuerpo de la menor al suyo, la subía y la bajaba, restregando sus genitales con el cuerpo de la menor”, señala el escrito de Fiscalía.

El fiscal expone además que “dichos actos ocurrieron hasta diciembre de 2018, cuando la menor contaba con ocho años de edad”.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de dos delitos continuados de abuso sexual a menores y solicita una pena de 12 años de prisión por los abusos contra la mayor de las menores y otros seis años de cárcel más por el mismo delito contra la hermana menor.