CULTURA

García Montero, en Canarias: “Los intelectuales deben ser vacuna contra la polarización”

“Hay que defender los servicios públicos y la libertad individual y hacer compatible un estado social con las libertades democráticas”, defiende el director del Instituto Cervantes

Luis García Montero (dcha.), este lunes en el Museo Pérez Galdós.
Eloy Vera 0 COMENTARIOS 26/10/2020 - 19:02

El poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, cree que los intelectuales deben demostrar en momentos como los actuales capacidad de analizar la realidad, aportar argumentos, actuar "de vacuna" contra la polarización de la política y defender sus ideas sin considerar "enemigos y canallas" a quienes no las comparten.

García Montero participa en Gran Canaria en unas jornadas galdosianas con la conferencia "La realidad de una esperanza. Galdós, la memoria y la poesía", dentro de los actos conmemorativos del centenario de la muerte del escritor grancanario.

En una entrevista con Efe, el poeta granadino explica que con estas jornadas se intenta recordar la figura de Galdós como referente literario, pero "también cívico" porque en sus novelas, ensayos y comportamientos políticos es "el representante de un patriotismo cívico que tiene que ver con la humanización de la política y el intento de que lo oficial esté vinculado con lo real y con la vida de las personas". 

Este profesor universitario resalta que don Benito intentó en la política que la actividad oficial "estuviese anclada en la dignidad de las personas". "Y creo que esa referencia es la que lo hace vigente en un mundo como el de hoy", añade.

También defendió siempre en su literatura "esa alianza entre la sociedad y la experiencia individual, entre el compromiso y la conciencia cívica en contra de cualquier dogmatismo e intolerancia", recuerda García Montero.

En "Trafalgar", uno de los Episodios Nacionales, Galdós recurre a Gabriel Araceli, un muchacho huérfano de Cádiz, para plasmar su concepto de patria. En un momento del libro, el personaje galdosiano observa cómo los marineros se preparan para salir a combatir con la Armada inglesa. 

Ahí, el joven se da cuenta de que el patriotismo no es el rey ni su ministro sino una nación que familia a familia y persona a persona se levanta todos los días para trabajar.

Descubre, añade el autor de "Habitaciones separadas", "esa realidad de la vida cotidiana como razón de una comunidad y a la vez se da cuenta de que los ingleses tienen madres, padres, hijos, trabajo, son respetables y cómo no existe un enemigo al que se pueda demonizar sino malentendidos que deben resolverse sin violencia”.

"A mí esa mirada de Galdós me sigue funcionando en el mundo de hoy", asegura el escritor mientras insiste en que él, como el autor de "Nazarín", no cree en el patriotismo como esa "palabra hueca" contra la que el grancanario combatió.

En unos momentos en los que el patriotismo sirve para desempolvar las espadas del Cid Campeador, Hernán Cortes y otros mitos de la historia pasada, este defensor de los intelectuales de la Generación del 27 defiende esa actitud como "un compromiso con la realidad que Galdós defendió, una idea de democracia, de derechos humanos y de cultura que fuese capaz de articular honradamente la vida oficial con la vida cotidiana de una nación".

Benito Pérez Galdós arrastró durante décadas olvidos y desprecios, también etiquetas de "inservible" o "garbancero", como llegó a clasificarlo uno de los personajes de Valle Inclán en su "Luces de bohemia".

El poeta granadino insiste en que esos tópicos "hoy no se sostienen" y recuerda que el grancanario es "uno de los autores más estudiados en las universidades junto a Cervantes y García Lorca".

Sin embargo, aclara que, en determinados momentos, la literatura realista, de la que Galdós ha sido clasificado como el mayor exponente en castellano, "ha sido denostada y también el propio autor lo fue durante el modernismo y las vanguardias, que defendían la ruptura con el realismo".

También aclara que la descalificación de garbancero de "Luces de Bohemia", fue puesta por Valle Inclán "en boca de un personaje ridículo, un poeta ultraísta, sin embargo, el propio Valle tiene tres artículos mostrando “su admiración y deuda con Galdós".

Una admiración que mantendrán también otros autores de vanguardia como Rosa Chacel o Rafael Alberti que, "al principio defendían una literatura pura y se distanciaban de Galdós, aunque luego se convirtieron en sus defensores radicales". 

Incluso María Zambrano, una de las grandes pensadoras del exilio español, "acabó convirtiendo a Galdós en uno de sus referentes fundamentales", apunta García Montero.

En "Crónica de Madrid", Galdós relató la pandemia de cólera que azotó España en el siglo XIX. Si ahora tuviera que coger la pluma para relatar la covid-19, García Montero tiene claro que el autor "intentaría describir el marco histórico y analizar el mundo anterior a la pandemia, porque muchos de los problemas que hoy sufrimos estaban ya insinuados en una cultura neoliberal que ha debilitado mucho los espacios públicos".

Después, García montero cree que describiría con realismo la situación y la vida individual para "llegar al corazón humano de la persona que tiene miedo o aquella que se levanta todos los días para ir a trabajar".

Tampoco parece tener dudas que el autor de "Fortunata y Jacinta" le sacaría partido a "la imagen de la enfermera que se va a su casa después de estar salvando vidas y arriesgando la suya y se encuentra con caceroladas y botellones". 

También supone que "describiría la soledad de la persona a la que se le muere alguien, pero no puede acompañarlo en un hospital", pues "los que defendemos derechos sociales, como hizo Galdós, sabemos que la autoridad de lo público se basa en el respeto a la libertad individual". 

Tras la fallida moción de censura de Vox, el que fuera candidato de Izquierda Unida a la Comunidad de Madrid en 2015 cree que se abre "una puerta a la esperanza". 

A su juicio, la moción de censura ha puesto "en su sitio" a Vox, un partido de extrema derecha europeo que ha tenido repercusión porque "ha encontrado ecos en un derecha que debe ser democrática".

Y añade "para este país es fundamental una derecha democrática con un PP, al que hay que pedir es que no marque su agenda y se comporte como una derecha democrática". "Creo que el discurso de Pablo Casado abre las puertas a esa esperanza", añade.

El director del Instituto Cervantes defiende la  “fuerza y salud” del español y pone sobre la mesa palabras que, a su juicio, en estos tiempos de crisis sanitaria deben tener prestigio.

Entre ellas cita "cuidado, público, estado, solidaridad, salud pública" frente a aquellas que deben caer en descrédito como "neoliberalismo, fundamentalismo y autoritarismo en unos momentos en los que hay que defender los servicios públicos y la libertad individual y hacer compatible un estado social con las libertades democráticas".

"No me interesan los estados que ofrecen mucha seguridad, pero no tienen libertad ni tampoco los estados que confunden la libertad con el sálvese quien pueda", asegura antes de despedirse. Don Benito le espera.

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