TRIBUNALES

El acusado de asesinar a su esposa no sabe por qué la mató: "Estaba trastornado"

Supuestamente asesinó con un cuchillo a su esposa por celos cuando estaba en la cama y posteriormente trató de suicidarse en la vivienda que compartían

EFE 0 COMENTARIOS 17/01/2022 - 18:08

El acusado de asesinar en junio de 2018 a su esposa por celos con un cuchillo cuando estaba en la cama y que posteriormente trató de suicidarse en la vivienda de Las Palmas de Gran Canaria en la que residían ambos, pese a estar separados desde hacía un año, ha afirmado este lunes al Jurado de Las Palmas que no sabe por qué la mató y que estaba trastornado.

El acusado, Ángel M.C., de 68 años, que ha dicho que solo recuerda que tenía el cuchillo en la mano, que estaba clavado en el cuerpo de la víctima, Soledad Álvarez, y que cometió los hechos tras llevar al colegio a uno de sus dos hijos que tenía con la víctima, se enfrenta a una pena de 23 años de prisión por el delito de asesinato, según la petición de la fiscal María Dolores Ordóñez.

La acusación particular eleva la condena a 28 años, al imputar también un delito de daños en la vivienda; la que ejerce el Instituto Canario de Igualdad (ICI) reclama 35 años, ya que aprecia un delito de incendio; y el abogado del procesado pide una condena de 20 años de cárcel para su cliente porque alega como atenuante que su cliente sufría una depresión desde 2007.

El procesado ha admitido que se siente "muy culpable" y que quiere que se le condene por lo que hizo, de lo que ha asegurado que se arrepintió en el momento y que por ello cogió una bombona de cocina e intentó asfixiarse, pero que como no lo lograba fue a por una segunda y le prendió fuego con la intención de inmolarse en el dormitorio donde ocurrió el crimen, en el barrio de La Matula.

Ángel M.R. ha precisado que tampoco recuerda que el mango del cuchillo estuviera cubierto con dos bolsas de plástico y ha negado haber escondido el teléfono móvil de la víctima, quien lo usó horas antes de morir.

Según el procesado, él era objeto de maltrato psicológico por parte de su mujer, que no le dejaba tocarla nada más que una vez al mes, y sufría una fuerte depresión desde 2007, cuando, conforme a su versión, empezaron los problemas en la pareja porque le contaron a su esposa que le habían visto entrar en un burdel de Molino de Viento, lo cual era mentira, ha asegurado.

Ha manifestado que su mujer le pidió en dos ocasiones el divorcio pero él nunca le dijo que no lo aceptaba, y que en una tercera ocasión le indicó que se quería separar pero que quería que se llevaran bien por sus hijos y que podía permanecer en la vivienda.

Además, ha afirmado que tampoco le reprochó a su esposa que pasara de vez en cuando varios días en casa de un amigo para ayudarle porque estaba enfermo de cáncer, con el que había iniciado una relación.

Según el acusado, la última discusión que mantuvo con la víctima fue cinco o seis días ante de los hechos, cuando trató de nuevo hacer ver a su mujer que la habían engañado con lo del burdel.

En su declaración, ha destacado que de lo mal que se encontraba los últimos meses había pensado coger el coche y tirarse por un barranco para suicidarse, si bien ha recalcado que su fuerte depresión no justifica lo que hizo, aunque su abogado alega precisamente esa circunstancia como atenuante.

La hija mayor de la víctima, que ejerce la acusación particular contra el acusado, ha afirmado que su madre quería divorciase porque la relación no iba bien pero que su pareja no aceptaba los motivos.

Así mismo, ha indicado que su progenitora no vio necesario que el procesado se fuera de la vivienda que compartían porque "no sentía peligro" y ha constatado que mantenía una relación con un antiguo amigo que sufría un cáncer terminal.

En esta primera sesión del juicio han declarado también un vecino y otro ciudadano que entraron en la vivienda tras escuchar la explosión, sacaron el cuerpo de la fallecida y del acusado y apagaron el incendio originado en el cuarto donde sucedió el crimen, así como testigos policiales que intervinieron en el caso.

Uno de ellos ha indicado que un médico del Hospital Insular que atendió al acusado le informó de que no presentaba heridas distintas a las quemaduras que sufrió entre el 45 y 50 % de su cuerpo, que determinaron su traslado al centro hospitalario Virgen del Rocío en Sevilla.

En las palabras que ha dirigido al Jurado al inicio del juicio, la fiscal Ordóñez ha reclamado "mucho sentido común" a sus nueve miembros, a los que ha señalado que el ataque que sufrió Soledad fue por sorpresa y no tuvo oportunidad de defenderse.

Según la fiscal delegada de Violencia sobre la Mujer en la provincia de Las Palmas, el procesado acabó con su vida porque no aceptaba la ruptura y el divorcio: "La mató porque la consideraba de su propiedad" y además lo hizo sin importarle cómo podía afectar ese hecho a sus hijos.

El abogado de la acusación particular, José Antonio Penichet, también ha insistido al Jurado en que el procesado no aceptaba que su mujer quisiera acabar con la relación y tampoco que tuviera una amistad con otra persona, al igual que la abogada del ICI, Begoña Santana, quien ha recalcado que "no se pide venganza" sino que se le condene por los delitos cometidos.

El letrado de la defensa, Víctor Bofill, pedido al Jurado que tenga en cuenta las circunstancias personales de acusado y la fuerte depresión que sufría, que pudo influir en su forma de proceder.

El juicio continuará este martes con la declaración de dos testigos y la de los médicos forenses y los informes concluyentes de las partes, ya que el miércoles está previsto que comience a deliberar el Jurado, según ha indicado el magistrado que preside el tribunal.

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