ANÁLISIS

Cuarenta días: el equilibrio entre proteger la salud y esquivar la pobreza

Un informe interno del Gobierno de Canarias concluye que Canarias va a ser la región española más golpeada por la crisis económica

Playa Blanca, en Lanzarote. Foto: Rafael Fuentes.
Andrés Campos 0 COMENTARIOS 23/04/2020 - 13:04

La cuarentena se cumple este jueves: son justo 40 días de estado de alarma que en Canarias dan paso a un futuro sanitario de moderado optimismo en medio de un paisaje económico devastado por el cero turístico, que se busca aliviar con una salida pronta pero prudente del confinamiento.

No tiene sentido que se condene al archipiélago a esperar a otras regiones, porque si no se reactiva la economía llega la pobreza, ha advertido el presidente, Ángel Víctor Torres, cuyo Gobierno intenta compensar la falta de ingresos de 38.000 familias con un pago único en mayo de entre 367 y 478 euros.

Desde el punto de vista sanitario, la comparación de cifras absolutas tras 40 días de encierro puede parecer terrorífica: de los 109 casos acumulados con los que empezó la alerta el 15 de marzo se ha pasado a 2.113 y los fallecidos han pasado de uno a 121.

Pero lo cierto es que la evolución de la pandemia sitúa a Canarias como territorio privilegiado en lo sanitario para afrontar la desescalada según se van cumpliendo los días de alarma restante, al menos dieciséis más.

Así lo piensa el comité de expertos que asesora el Gobierno de Canarias, que se declara favorable a plantear "un desconfinamiento controlado" sometido a "evaluación continua" desde el 27 de abril.

Pero en la salida sanitaria prudente y controlada, los 2,1 millones de habitantes de Canarias se toparán con un paisaje económico y social muy perjudicado por esta crisis.

El casi 20 por ciento de desempleo previo al Covid-19, de los más elevados de España, podría convertirse en el 40 por ciento, según algunos cálculos empresariales. Casi 200.000 trabajadores ya están incluidos en los más de 27.000 expedientes temporales de regulación de empleo, en una región que alcanzó en marzo los 227.000 parados.

La curva

Cuando el sábado 14 de marzo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la declaración del estado de alarma a partir del día siguiente, la incidencia en Canarias podría parecer ridícula con los ojos de hoy, pero entonces las cifras ya preocupaban: 109 nueve casos acumulados, quince personas hospitalizadas, seis ingresos en UCI, un fallecido y siete altas. En total 101 casos activos.

Cuarenta días después son 2.113 casos acumulados, 855 hospitalizaciones, 169 ingresos en UCI, 121 muertos y 969 altas. En total 1.023 casos activos, diez veces más.

Pese a ello, en ámbitos oficiales y sanitarios se ha instalado un moderado optimismo lleno de cautela, basado en dos factores: la "curva" y la comparación con otras regiones.

Desde aquel 15 de marzo, la curva de nuevos contagios subió inatacable hasta el 27 de marzo, cuando se detectaron 147 casos en un día, pero desde entonces empezaron a bajar con algún repunte hasta situarse últimamente en el entorno de la veintena.

Para verlo con perspectiva: en la semana anterior al confinamiento (desde el lunes 9 al domingo 15 de marzo, ambos incluidos) se registraron de media 14 contagios diarios, que subieron a 52 en la primera semana de encierro (del 16 al 22 de marzo) y a 103 en la segunda semana (del 23 al 29 de marzo).

En la tercera semana de confinamiento ya empezó el retroceso en los contagios, con una media diaria de 64 entre el 30 de marzo y el 5 de abril; 42 casos diarios del 6 al 12 de abril; y 18 desde el 13 al 19 de abril.

Una tendencia también descendente pero menos nítida y más retrasada ha sucedido con el número de fallecidos: en la tercera semana de confinamiento, entre el 30 de marzo y el 5 de abril, es en la que hubo más decesos, con una media diaria de 6, que bajaron a uno por día en la cuarta semana pero que repuntó a tres muertos diarios en la quinta y ha regresado a estos primeros días de la sexta.

Las altas hospitalarias, que reflejan las personas recuperadas, también han ido por la buena senda, hasta alcanzar 51 diarias de media en la quinta semana.

Y todo eso ha permitido bajar la curva de casos activos desde el 6 de abril, cuando había 1.450 hasta los 1.023 de este miércoles, un descenso casi del 30 % que permite recuperar los registros de hace 25 días.

El comité de expertos asesor del Gobierno de Canarias se ha fijado también en que todas las islas llevan más de cinco días con menos de cinco casos nuevos hospitalizados, los pacientes ocupan menos del 20 % de las camas hospitalarias y menos del 25 por ciento de las UCI, además de que el índice de contagios por enfermo es inferior a 1 desde hace 20 días.

En las residencias de mayores, donde se han concentrado las pruebas PCR últimamente, ha habido pocos contagios y de momento se han registrado once fallecimientos, una cifra que se considera baja en relación a los registros de otras regiones.

Además de las curvas y tendencias propias, el moderado optimismo que se vive en Canarias nace también de la comparación con otras comunidades autónomas.

Uno de los datos relevantes es la incidencia acumulada, que el Ministerio de Sanidad define como los casos acumulados por 100.000 habitantes en los últimos 14 días: Canarias es la región mejor situada con 12,96 casos, frente a una media estatal de 128,82 casos, que se dispara por encima de 200 en Castilla y León, La Rioja, Castilla La Mancha, Madrid y Navarra.

En cuanto a número total de fallecidos, Canarias es la mejor situada entre las comunidades autónomas en números absolutos, además de que su índice de letalidad en torno al 5 % es la mitad de la media española.

El cero turístico

Esta baja incidencia relativa del Covid-19 en las islas unida a la gran afección económica a una región cuyo PIB depende en un 35 por ciento del turismo es un acicate más para que las autoridades regionales quieran iniciar su propia desescalada.

Un informe interno del Gobierno de Canarias concluye que Canarias va a ser la región española más golpeada por la crisis económica que seguirá a la emergencia sanitaria del coronavirus.

En el peor de los escenarios, un cero turístico de un año podría arrasar con 270.540 empleos, una situación que, dentro de la incertidumbre general, se aliviaría en la medida de que se vaya recuperando la actividad.

Al margen de previsiones, los datos ya indican que 199.401 trabajadores de las islas están afectados por los 27.177 ERTE por fuerza mayor tramitados, debido al parón completo del turismo.

Estos casi 200.000 afectados por ERTE se suman a los 227.000 parados registrados en marzo por el SEPE, a una tasa de desempleo alrededor del 20 % y a un 36 % de la población en riesgo de exclusión social.

Según los datos de la Cámara de Comercio de Tenerife, dos de cada tres empresas en las islas planean reducir personal en los próximos meses y el paro podría subir al 40 por ciento, cuando en lo peor de la recesión iniciada en 2008 se llegó al 35 por ciento.

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