ANÁLISIS

Crisis política en Fuerteventura: la búsqueda desesperada del jugador número 12

Todas las opciones para el gobierno del Cabildo pasan por el PP, que se convierte en llave de todos los pactos, y dejan fuera a Podemos

Sede del Cabildo de Fuerteventura. Foto: DIARIO DE FUERTEVENTURA.
M. Riveiro 0 COMENTARIOS 23/12/2020 - 10:25

Todos buscan desesperadamente al jugador número 12. Tanto el PSOE, que se aferra al bastón de mando en el Cabildo que preside por primera vez en cuatro décadas, como Coalición Canaria, que aspira a volver a tomar el mando después de sufrir, en menos de dos años, el desalojo de prácticamente todas las instituciones que gobernaba en Fuerteventura.

Al presidente del Cabildo, Blas Acosta, no le tembló el pulso este martes para destituir de sus áreas delegadas a los dos consejeros indisciplinados: el antaño próximo Sergio Lloret, con el que reconoce que, hasta el pasado viernes, llevaba un mes sin poder hablar, y Marcelino Cerdeña, que rentabiliza como nadie los 299 votos que tiene en Betancuria.

Acosta tardó en oficializar la ruptura de un pacto que llevaba semanas a la deriva, el tiempo que empleó en llegar del Palacio de Congresos a la sede del Cabildo en Primero de Mayo y firmar los decretos de cese de los dos consejeros díscolos y sus tres asesores, entre ellos Mayra Marichal, la concejal de AMF en Puerto del Rosario que se pasó en febrero a la oposición. Desde entonces, los movimientos telúricos para censurar al alcalde Juan Jiménez han sido constantes.

En realidad, las destituciones de Lloret y Cerdeña eran un formalismo: ambos consejeros habían roto el pacto por la vía de los hechos, al no presentarse al pleno más importante del año, el de la aprobación del presupuesto, y dejar en minoría al grupo de gobierno. ¿Cuáles son sus razones? Se desconocen. Al menos a Diario de Fuerteventura no le cogen el teléfono, tampoco consta que hayan hecho declaraciones y un día después de lo sucedido ni siquiera han emitido un breve comunicado aclaratorio.

Varios consejeros de la oposición admiten que lo ocurrido este lunes al filo de las diez de la mañana, cuando se evidenció la minoría de Blas Acosta, no les pilló del todo por sorpresa. Por el Palacio de Congresos, que se estrenaba como escenario del pleno del Cabildo, se pudo ver a Fernando Enseñat. El líder del PP tiene ahora en su mano la llave de quién gobierna en la principal institución majorera. Y, de paso, su partido sale reforzado de una crisis política que no ha tardado ni año y medio en llevarse por delante el remedo local del ‘Pacto de las flores’.

El PP ya ha marcado su línea roja: “con Podemos, no”. En ninguna de las posibles quinielas  –dejando a un lado el improbable acto de contrición de Lloret y Cerdeña- el grupo encabezado por Andrés Briansó tiene posibilidad de continuar. Salvo que nadie se ponga de acuerdo y Acosta siga al frente del Cabildo con un gobierno en minoría, algo que parece una opción remota. “Ya un pacto con el PSOE no es sencillo de explicar, aunque gobernamos juntos en Lanzarote y La Palma, pero hacerlo con Podemos ni lo valoramos”, señala una fuente popular.

El ensayo majorero de la ‘gran coalición’ funciona también, sin mayores problemas, en Tuineje. Los siete del PSOE, Alejandro Jorge (NC) y los cuatro del PP suman 12. A ese clavo es al que intentará agarrarse Acosta: dar entrada a los cuatro consejeros del PP y despedir a Pau Quiles y Andrés Briansó, ocupado estos días pasados con una oposición a técnico de administración general del Ayuntamiento de La Oliva (se presentó pero no figura en la lista de los nueve aptos). Este martes, tras el pleno, decía que era prácticamente imposible que Podemos pudiera estar en otra combinación de gobierno que no fuera la actual. Más bien es al revés: el veto del PP hace totalmente imposible que pueda seguir en el gobierno.

En Coalición Canaria apuestan por la discreción. Saben que dependen no solo del PP, sino de lo que hagan en esa amalgama que fue la alianza electoral Nueva Canarias-Asambleas Municipales de Fuerteventura-Unidos por Betancuria. La falta de control del experimento por parte del partido de Román Rodríguez es total. Para que saliese una alianza de CC y PP tendría previamente que dimitir uno de los tres consejeros de NC-AMF-UPB, ya que los tres firmaron la censura contra Lola García (CC). La siguiente en la plancha electoral es Sandra Domínguez, diputada autonómica por Nueva Canarias, pero también presidenta de AMF. El cabeza de lista y presidente insular de NC, Alejandro Jorge, es un convidado de piedra a lo que decidan en AMF y Betancuria. Los siete de Coalición, los cuatro del PP y Sandra Domínguez también suman 12.

En la sede de Asamblea Majorera en la calle La Venta enfriaban este martes la posibilidad de ese pacto. Un factor en contra es que Sergio Lloret y Mario Cabrera son enemigos íntimos desde hace tiempo, cuando el primero era azote de la oposición del segundo precisamente en el Cabildo majorero. Algo similar sucede con Manolín Travieso, al que en círculos políticos se considera el ingrediente de todas las salsas: la leyenda sitúa su mano detrás de todos los seísmos en Primero de Mayo y Fernández Castañeyra y su literatura jurídica en todos los escritos, denuncias y querellas con trascendencia política.

“¿Alguien se cree que Sergio Lloret y Marcelino Cerdeña se van a inmolar sin tenerlo todo atado?”, reflexiona una fuente de amplia trayectoria política. Al argumento de las enraizadas diferencias entre CC y las caras visibles de AMF opone un razonamiento irrefutable: “En política puede pasar de todo”.

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